La tragedia de Macbeth (The tragedie of Macbeth) de William Shakespeare es una dramatización del impacto psicológico de la ambición desenfrenada. La ambición de Macbeth es el principal elemento de su caracterización, su trágico defecto. Es la causa del desbarranque del de la obra protagonista, quien carece de todo principio moral. La ambición hace que Macbeth pierda todo atisbo de racionalidad, y sienta que su poder está amenazado hasta el punto en el que sólo lo puede preservar asesinando. Es la ambición lo que causa la perdición de Macbeth y de su esposa, Lady Macbeth. Macduff derrota a Macbeth en batalla y lo decapita; mientras, Lady Macbeth sucumbe a la locura que le genera la culpa y se suicida.
La ambición de Macbeth
La ambición de Macbeth está impulsada por varios factores. Tiene un profundo afán de poder pero eso no es suficiente para explicar sus crímenes. Hay dos factores concurrentes en la generación de sus acciones violentas destinadas a obtener poder.
Uno de estos factores es lo profético. A lo largo de la obra, las tres brujas dictan una serie de profecías, particularmente la que satisface la máxima ambición de Macbeth, el poder: las tres brujas profetizan que se convertirá en rey. Macbeth confía aún más en sus profecías con el transcurrir de la obra, y sus decisiones, sobre todo las más crueles, se fundamentan en sus augurios; entre ellas destaca el asesinar a Banquo, su antiguo camarada de armas. Si bien las profecías se cumplen, la obra no aclara si es porque son mandato del destino o porque los hombres hacen que se cumplan mediante sus acciones y decisiones, impulsados por vaticinios que sirven a sus intereses y ambiciones.
El segundo de los factores determinantes en las decisiones de Macbeth es Lady Macbeth, su esposa. Las profecías de las brujas desencadenan la ambición de Macbeth pero es su esposa quien lo incita a asesinar. Es la insistencia de Lady Macbeth lo que anima a Macbeth a dejar de lado su culpa y matar al rey Duncan; ella le dice que se concentre en su ambición, no en su conciencia.
La ambición de poder de Macbeth pronto se sale de control y lo lleva a asesinar una y otra vez para encubrir sus decisiones anteriores. Las primeras víctimas de esta secuencia son los chambelanes del rey Duncan, a quienes Macbeth incrimina por el asesinato del rey para cubrir su propio crimen y luego asesina como pretendido castigo. Más adelante en la obra, el miedo de Macbeth a Macduff lo incita a perseguirlo, no sólo a él sino a toda su familia, asesinándolos. El innecesario asesinato de Lady Macduff y sus hijos es el ejemplo más claro de cómo Macbeth pierde el control a manos de su ambición desenfrenada.
La ambición y la moral
La obra también plantea un aspecto moral contrapuesto a la ambición de Macbeth. Para poner a prueba la lealtad de Macduff, Malcolm finge ser codicioso, lujurioso y ambicionar el poder. Cuando Macduff responde condenándolo y preocupado por el futuro de Escocia bajo un rey con esos valores morales, releva su lealtad, negándose a someterse a los tiranos.
En esta reacción de Macduff, junto con la decisión de Malcolm de ponerlo a prueba, la obra explicita que los valores morales son muchísimo más importantes que la ambición irrefrenable.
Las consecuencias de la ambición
Las consecuencias de la ambición en la obra son terribles: no sólo se asesina a personas inocentes sino que Macbeth termina siendo un tirano. El protagonista se vuelve villano, la antítesis del noble héroe que fue al comienzo de la obra, cuando luchaba valerosamente contra los invasores de Escocia. Y lo más destacable: Shakespeare no les da a Macbeth ni a su esposa la oportunidad de disfrutar de lo que han conseguido persiguiendo su ambición. El autor plantea que el camino moral es el correcto para llegar a los objetivos que se planteen, y que incluso es imposible disfrutar plenamente los frutos de decisiones y acciones inmorales.
La obra concluye con Malcolm como el rey victorioso, derrotada la irrefrenable ambición de Macbeth. Pero, ¿es esta la conclusión de la ambición en Escocia? La obra cuestiona a la audiencia con las profecías de las brujas, que auguran que un heredero de Banquo se va a convertir en rey. Y de esta forma se vuelve a un planteo esencial de la obra: ¿actuará el heredero de Baquo según su propia ambición justificándose en las profecías, o es el destino el que determinará las acciones de los hombres?
Fuentes
- Stanley Wells, Editor. The Cambridge Companion to Shakespeare Studies. Cambridge University Press, 1985. ISBN 0521318416
- Nicholas Brooke. The tragedy of Macbeth edited by Nicholas Brooke. Oxford, Oxford University Press, 1990. ISBN 978-0199535835.
- Macbeth: Themes. Sparknotes.
- Victor Beser Sastre, Felix Calero Sánchez. Macbeth y la historia. Universidad de Alcalá.