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La teoría de James-Lange es un conjunto de hipótesis que sugiere que las emociones son el resultado de los cambios que se producen en nuestro cuerpo, tales como las palpitaciones y la sudoración, entre otros. La teoría toma su nombre de quienes la formularon: el psicólogo estadounidense William James y el médico danés Carl Lange.
Origen de la teoría de James-Lange
La teoría de James-Lange sobre las emociones se desarrolló a fines del siglo XIX, por separado y casi de manera simultánea, por William James y Carl Lange. Ambos publicaron diferentes trabajos sobre el origen de la emoción que tenían un concepto básico en común: que la emoción era el resultado de las cambios fisiológicos ante un estímulo.
Willian James (1842-1910) fue un psicólogo, historiador y filósofo estadounidense que en 1884 publicó un artículo llamado ¿Qué es la emoción? donde explicaba una nueva teoría sobre la naturaleza de las emociones, la cual era contraria a las hipótesis que estaban vigentes en esa época. Más tarde, en 1890, desarrolló estas nuevas ideas en su trabajo Los principios de la psicología, un libro sobre la consciencia, la voluntad, los hábitos y las emociones.
Carl Georg Lange (1834-1900) fue un médico danés que se destacó por sus aportes a la psicología y la psiquiatría. De manera independiente, publicó su trabajo Sobre las emociones: un estudio psicofisiológico, en 1885. Lange sostenía que todas las emociones eran reacciones fisiológicas a los estímulos. Se diferenció de James al indicar que las emociones eran, específicamente, los cambios en los vasos sanguíneos.
Debido a la similitud entre los trabajos de los dos científicos, estas hipótesis se incluyeron bajo el nombre de ambos, como la teoría de James-Lange.
La teoría de James-Lange y las emociones
Para comprender la teoría de James-Lange y la diferencia que existe entre otras teorías similares, así como su relación con el origen y el procesamiento de las emociones, es necesario entender algunas cuestiones.
Ante un estímulo en uno o más órganos sensoriales ocurren sensaciones, es decir, impresiones que capta nuestro sistema nervioso de manera instantánea. El cerebro procesa la información que obtiene a través de las sensaciones y las percibe de diferentes formas, según el contexto y nuestra experiencia previa. La interpretación de las sensaciones que realiza el cerebro a partir de las diferentes respuestas (a la cual Lange llamó «retroalimentación»), es decir, los distintos cambios físicos, permite explicar las diferentes emociones.
La teoría de James-Lange sugiere que las emociones surgen a partir de los cambios físicos que se producen en el organismo, ante un estímulo. Nuestro sistema nervioso reacciona al estímulo y causa efectos fisiológicos como temblores, sudor, una mayor frecuencia cardiorrespiratoria y llanto, entre otros. Después, según la interpretación de estos cambios en el cuerpo, se conforman las emociones. Según James y Lange, esas reacciones de nuestro cuerpo ante una determinada situación conforman nuestra experiencia emocional. Esto se puede expresar mediante el siguiente esquema:
Estímulo → Cambio físico → Retroalimentación → Emoción
Para explicar su punto de vista, James puso el famoso ejemplo del oso. En él sostenía que si nos encontráramos en un bosque y de repente vemos un oso, sentiríamos que nuestro ritmo cardíaco comienza a acelerarse y estaríamos listos para echar a correr. Estos cambios físicos serían la sensación de miedo.
Por lo tanto, la teoría afirma que el cambio en la frecuencia cardíaca no ocurre porque tengamos miedo, sino porque ese cambio es justamente la emoción del miedo. Lo mismo sucede con otras emociones: sentimos tristeza porque lloramos, alegría porque nos reímos o miedo porque temblamos.
James sostenía, también, que las reacciones físicas son esenciales para sentir las emociones y que, de lo contrario, nuestras experiencias estarían desprovistas de la calidez y los matices que producen las emociones.
Aunque en su momento se cuestionó la teoría James-Lange, y más tarde quedó relegada, fue la precursora de otras teorías y sirvió como punto de partida para los estudios posteriores sobre las emociones humanas.
Otras teorías sobre las emociones
La teoría de James-Lange se basa en lo fisiológico pero lo que constituye la principal diferencia entre esta teoría y otras que se oponen a ella es el aspecto cognitivo, que se refleja en la forma que percibimos a nuestro entorno y todos los estímulos a los que nos exponemos. Una de las teorías que se opusieron a la de James-Lange es la Cannon-Bard.
La teoría de Cannon-Bard
Walter Bradford Cannon (1871-1945) y Phillip Bard (1898-1977) fueron dos fisiólogos estadounidenses que se opusieron a la teoría de James-Lange. Cannon desarrolló sus hipótesis tratando de entender cómo se producen las emociones; más tarde, su discípulo, Bard, amplió su trabajo.
En 1920, Cannon y Bard introdujeron algunas ideas innovadoras sobre el origen y el procesamiento de las emociones. Esta teoría sugiere que las emociones no son silo respuestas fisiológicas a los estímulos del entorno, sino que son procesos separados y simultáneos que interactúan entre sí.
Cannon y Bard suponían que los estímulos externos se procesaban en el tálamo y se dirigían a la corteza cerebral hasta llegar al hipotálamo. Este, a su vez, enviaba la información al resto del cuerpo (músculos, órganos, tejidos) y de nuevo al cerebro, causando las respuestas físicas y las emociones al mismo tiempo. De esta manera, nos sentimos tristes y lloramos, sentimos miedo y temblamos, sentimos alegría y sonreímos.
La teoría de Cannon-Bard contempla un mayor rol cognitivo en el procesamiento de las emociones en vez de ser no solo físico. También se puede representar con el siguiente esquema:
Estímulo → Percepción → Cambio físico y emoción
De esta manera, los diferentes cambios físicos y emociones dependerán de la interpretación personal del individuo, según la percepción que tenga de los estímulos del entorno.
La teoría de Schachter-Singer
Años más tarde, en 1962, los psicólogos estadounidenses Stanley Schachter (1922-1997) y Jerome Everett Singer (1934–2010) desarrollaron la teoría de Schachter-Singer, también conocida como «la teoría de los dos factores». Esta teoría apoya algunas de las hipótesis tanto de James-Lange como de Cannon-Bard y sostiene que se necesitan dos factores para producir la emoción: la respuesta física y los aspectos cognitivos.
Entre otras cosas, sugiere que la emoción puede desencadenar cambios físicos y que el cerebro interpreta lo que significan esos cambios y viceversa. Por ejemplo, si alguien, de repente, escucha un ruido fuerte, se sobresaltará y su cerebro lo interpretará como miedo. Por otro lado, si alguien comienza a reírse, como ocurre durante la risoterapia, esto causará la emoción de alegría. Otro ejemplo puede ser que si una persona experimenta una fuerte ira, puede sufrir un rápido aumento de presión sanguínea.
Esta teoría también reconoce la importancia de la percepción y el contexto, así como su relación con las respuestas fisiológicas y emocionales. Por ejemplo, la respuesta emocional a un abrazo de un ser querido e importante para una persona será distinta a la emoción que puede producir el abrazo repentino de un extraño.
Además, la teoría de Schachter-Singer remarca la importancia de los estímulos internos en el origen de las emociones; por ejemplo, el rol de los pensamientos.
Bibliografía
- Santiago, J. Psicología para principiantes: Introducción a la psicología básica. (2019). España. Justín Santiago.
- Semenovich Vigotsky, L. Teoría de las emociones. (2004). España. Ediciones Akal.
- Fernández-Abascal, E. G. Psicología de la Emoción. (2010). España. Editorial Universitaria Ramón Areces.
- Rodríguez Sutil, C. Emoción y cognición. James, más de cien años después (1998). Epistemología del psicoanálisis. Instituto de Psicoterapia Relacional. Disponible en https://www.psicoterapiarelacional.es/portals/0/Documentacion/CRSutil/CRSutil_Emocion.PDF.