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La textura es uno de los elementos que se utilizan en el arte para provocar determinada respuesta en el espectador, ya sea a través del tacto o la visión. Asimismo, se usa para producir una sensación tridimensional y obtener una mayor expresividad. Las texturas pueden ser naturales, artificiales e ilusiones ópticas.
La textura: definición y características
La palabra textura proviene del término latino textura, que a su vez está formado por textus, que significa «tejido» y el sufijo –ura, que quiere decir «resultado», «actividad». Por lo tanto, según su etimología, la textura es la disposición u organización de los hilos que forman una tela o tejido.
Sin embargo, el significado de textura va más allá de los tejidos. Se puede aplicar a diferentes materiales. Incluso, no solo se trata de su apariencia externa. También se llama textura al tratamiento que realiza en una superficie externa con uno o más materiales.
Por lo tanto, la textura se puede definir como una cualidad o atributo táctil o visual que presenta un objeto en su superficie.
Tipos de textura
Los artistas que prefieren utilizar la textura como elemento de sus obras, generalmente eligen entre dos métodos o incoporan ambos. Estos incluyen:
- La textura visual: Este tipo de textura es más tradicional y se caracteriza por imitar las texturas a nivel visual. En este caso la obra representa una o más texturas que se pueden percibir visualmente. Se trata de efectos o ilusiones creadas con diferentes técnicas. Pueden ser patrones o diseños estampados, geométricos, brillantes, opacos, transparentes, iridiscentes o metálicos, entre otros.
- La textura táctil: Otro método es el que utiliza la textura táctil, que se puede sentir fácilmente al tacto. Para ello, se pueden usar innumerables materiales de distinta consistencia y herramientas como espátulas y rejillas o la incorporación de telas y otros tejidos. El resultado permite obtener una textura con características rugosas, ásperas, suaves, lisas, onduladas, esponjosas, duras, blandas y otras. Las texturas táctiles se pueden dividir, a su vez, en:
- Texturas naturales, que son propias de elementos que se encuentran en la naturaleza, como la superficie de una hoja o la corteza de un árbol, la piel de un conejo, la rugosidad de una piedra o la suavidad del algodón.
- Texturas artificiales, que son las que presentan las superficies de materiales creados por el hombre, como por ejemplo la superficie áspera de una pared revestida de cemento, una baldosa lisa, o un papel.
Para qué sirve la textura
En la vida cotidiana, estamos expuestos constantemente a diferentes texturas a través de nuestro sentido del tacto. Así ocurre cuando agarramos un objeto, tocamos algo o nos vestimos.
Por medio de las texturas, se estimula nuestro sentido del tacto, lo que puede evocar en nosotros distintos sentimientos: tranquilidad, placer, familiaridad, felicidad, incomodidad y malestar, entre otros.
Según estas sensaciones, preferimos unas texturas más que otras, y por tanto ciertos materiales y diseños antes que otros.
La textura en el arte
En el arte, la textura y otras características que percibimos con nuestros sentidos se utilizan para componer el lenguaje visual y transmitir diferentes impresiones.
Las texturas tienen el objetivo de proporcionar mayor realismo a la obra y lograr despertar distintas sensaciones. La textura permite darle forma y volumen al lienzo, al papel o a cualquier otro material.
Principalmente en la pintura, así como en el dibujo y el grabado, es común el uso de diferentes técnicas para crear todo tipo de texturas. Esto se puede realizar a partir de la elección de los lienzos (más ásperos o suaves), de las pinceladas, o del uso de materiales como el yeso o las pinturas al óleo.
Además, la textura se utiliza con el fin de otorgar características específicas a la obra. Algunas de ellas son:
Expresividad: la textura se utiliza, principalmente, para otorgarle una mayor expresividad a la obra y en muchos casos, para causar respuestas emocionales en las personas que la ven o entran en contacto con ella.
Tridimensionalidad: la textura permite darle un efecto tridimensional a trabajos bidimensionales por naturaleza, como la pintura o el dibujo. Es común también encontrar el uso de texturas en la escultura o la cerámica, a través de materiales como la arcilla, la madera o los metales y ciertas técnicas de modelado o grabado.
Contraste: la sensación de textura también se puede lograr a través del manejo de la luz y los ángulos, como ocurre con la fotografía, generando diferentes contrastes visuales.
Bibliografía
- Gombrich, E. H. La Historia del Arte. (2008). España. Phaidon Press.
- DK. El Libro del Arte. (2017). España. DK.
- Graham Dixon, A. Arte: La historia visual definitiva. (2019. España. DK.
- http://art-toolkit.recursos.uoc.edu/es/textura/