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Cuando un niño necesita realizar un esfuerzo extraordinario para poder desarrollar su potencial intelectual en la escuela, los padres, los educadores e incluso sus propios compañeros suelen preocuparse y tratan de encontrar las causas. Mientras que para algunos actores de esta problemática el niño puede aparecer simplemente como un vago sin ganas de estudiar, su renuencia a trabajar o a participar en las actividades escolares puede tener una causa más profunda y ser el resultado de una discapacidad relacionada con el aprendizaje, o estar relacionada con un problema psicológico que podría estar interfiriendo con la capacidad del niño para aprender.
Si bien los padres y maestros pueden sospechar que un estudiante pueda tener un problema de aprendizaje, sólo una evaluación psicoeducativa realizada por un profesional, como un psicólogo o un psicopedagogo, puede proporciona un diagnóstico claro y certero de una discapacidad relacionada con el aprendizaje. Una evaluación psicocognitiva o psicoeducativa efectuada profesionalmente también tiene la ventaja de proporcionar una descripción detallada de todos los factores que intervienen en los desafíos que el niño enfrenta en el aprendizaje, incluyendo problemas cognitivos y psicológicos que podrían estar afectando la actividad del niño en la escuela. A continuación se brinda información general sobre las evaluaciones psicoeducativa y cómo el proceso que conlleva puede ayudar a un estudiante con dificultades en el aprendizaje.
La evaluación y las pruebas que involucra
Una evaluación psicoeducativa generalmente la realiza un psicólogo u otro profesional de formación similar. Algunas escuelas tienen personal especializado que puede detectar problemas de aprendizaje y realizar las evaluaciones. Las escuelas tanto públicas como privadas a menudo cuentan con psicólogos y psicopedagogos en su plantel profesional, que realizan evaluaciones sistemáticas de los estudiantes, especialmente en los niveles de educación primaria y secundaria, mientras que otras escuelas solicitan que la evaluación de los estudiantes se realice fuera del ámbito del establecimiento educativo. En todos los casos, los evaluadores intentan crear un entorno en el cual el estudiante se sienta seguro y cómodo, y así poder establecer una relación que permita desarrollar la evaluación de forma satisfactoria.
Una evaluación psicoeducativa generalmente comienza con una prueba de inteligencia, por ejemplo con la prueba de la Escala Wechsler de Inteligencia para Niños (WISC, por su sigla en inglés). Desarrollada hacia fines de la década de 1940, ésta prueba se aplica ahora en su quinta versión, actualizada en 2014, y se la conoce como WISC-V. Esta versión de la evaluación WISC está disponible tanto en el formato de escritura convencional como en formato digital, llamada Q-interactive®. Los estudios demuestran que la nueva versión WISC – V tiene más flexibilidad en la evaluación y cubre también más contenidos. Esta nueva versión ofrece un panorama más completo de las habilidades de un niño que sus versiones anteriores. Algunas de las mejoras más destacables facilitan y aceleran la identificación de los problemas que enfrenta un estudiante y ayudan de mejor manera a encontrar soluciones a los problemas de aprendizaje.
Aunque la validez de las pruebas de inteligencia se ha debatida extensamente, todavía se utilizan para evaluar cuatro aspectos principales, aplicando una escala de puntos: la comprensión verbal, el razonamiento perceptivo, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento. Una discrepancia significativa entre los resultados de la evaluación de estos cuatro aspectos puede estar indicando fortalezas y debilidades en las aptitudes de un niño. Por ejemplo, un niño puede obtener una puntuación más alta en un aspecto, como ser en la comprensión verbal, y más bajo en otro, lo que indica por qué tiende a tener dificultades en su desempeño en ciertas áreas del aprendizaje.
Una evaluación psicoeducativa, que puede durar varias horas con algunas de las pruebas desarrollándose durante varios días, también puede incluir pruebas de rendimiento como la prueba de Woodcock Johnson. Estas pruebas evalúan hasta qué punto los estudiantes han dominado habilidades académicas en áreas como lectura, matemáticas o escritura. Una discrepancia entre las pruebas de inteligencia y las pruebas de rendimiento también puede indicar un tipo específico de problema de aprendizaje. Las evaluaciones también pueden incluir pruebas de otras funciones cognitivas, como la memoria, el lenguaje, las funciones ejecutivas (que se refieren a la capacidad de planificar, organizar y realizar las tareas propias) o la atención. Una evaluación psicoeducativa puede incluir además evaluaciones psicológicas básicas.
¿Qué aspecto tiene una evaluación psicoeducativa ya finalizada?
Cuando se ha completado una evaluación psicoeducativa, el psicólogo proporcionará a los padres y, con el permiso de los padres o tutores, también a la institución educativa, un informe completo de la situación del niño. El informe contiene una descripción escrita de las pruebas realizadas y de los resultados, y el evaluador también proporciona una descripción de cómo el niño abordó las pruebas.
Además, el informe de la evaluación incluye las conclusiones que se obtuvieron de cada prueba y detalla cualquier signo que se pueda asociar con el diagnóstico de problemas de aprendizaje del niño. El informe debe concluir con recomendaciones para ayudar al alumno en su desempeño educativo. Estas recomendaciones podrían incluir, por ejemplo, una adaptación del plan de estudios escolar acorde al diagnóstico, como por ejemplo proporcionarle tiempo adicional en las pruebas si, específicamente, el estudiante tuviese trastornos del lenguaje o de otro tipo que hacen que trabaje más lentamente.
Una evaluación psicoeducativa completa también brinda información sobre cualquier factor psicológico o ambiental que esté afectando el desenvolvimiento del niño en el ámbito escolar. Una evaluación psicoeducativa nunca debe tener como objetivo ser punitiva o estigmatizadora; en cambio, una evaluación psicoeducativa debe tener como objetivo ayudar a los estudiantes a alcanzar el desarrollo máximo de su potencial, al desentrañar y explicar qué les está afectando y proponer estrategias para ayudarlo.