El pH es un parámetro químico de las soluciones acuosa; mide la acidez o alcalinidad indicando la concentración de iones hidrógeno, H+, en la solución. Se define el pH como el valor negativo del logaritmo de la concentración de iones hidrógeno en la solución. El rango habitual de valores de pH va de 0 a 14, pero si la concentración molar de iones hidrógeno de un ácido es mayor que uno, el valor del logaritmo será positivo y el valor final de pH resulta negativo. Pero esto no es algo verificable experimentalmente.
Por ejemplo, el pH de una solución acuosa de ácido clorhídrico de concentración molar igual a 12 se calcula como –log(12) = –1.08. Este valor de pH no es posible medirlo experimentalmente. Los instrumentos que se utilizan en el laboratorio para medir el pH, como los papeles que cambian de color en función del pH de la solución, no prevén este caso. Y las probetas de los medidores electrónicos de pH tampoco miden valores negativos. Pero el aspecto principal a tener en cuenta es que los ácidos fuertes, como el ácido clorhídrico, no se disocian completamente en concentraciones tan altas, por lo que el pH real será más alto que el obtenido de este cálculo.
En conclusión, no es posible medir un pH tan bajo y es difícil determinar cuánto disminuye el pH al aumentar la concentración de un ácido fuerte cuando se trata de soluciones muy concentradas, ya que no se induce una disociación completa del ácido que deje en solución al ion hidrógeno. Un razonamiento similar se puede aplicar a las soluciones muy alcalinas, soluciones con pH superior a 14.
Fuente
Catherine E. Housecroft, A. G. Sharpe. Inorganic Chemistry. Pearson Education. Prentice Hall, 2001.