¿Qué es el lenguaje peyorativo?

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El Diccionario de la Real Academia Española define peyorativo como una palabra o modo de expresión que indica una idea desfavorable. También lo define como la cualidad de algo que empeora a algo o a alguien. En este sentido, podemos entender el lenguaje peyorativo como aquel que se usa para despreciar, criticar o restarle valor a algo o a alguien.

Etimológicamente, la palabra peyorativo proviene del latín peiorare, el cual significa, literalmente, empeorar. A pesar de que ese fue el sentido original de la palabra, ha caído en desuso a favor de su connotación actual como insulto o expresión que busca restarle valor a un objeto o persona, o hacerle sentir mal.

No solo son palabras, son expresiones

Una característica importante del lenguaje peyorativo es que no necesariamente se trata del uso de palabras puntuales que sirven como insultos o como términos despectivos. Puede tratarse también de expresiones comunes que adquieren un significado peyorativo en función del contexto en el que se utilizan y, además, del tono con el que se dicen.

Relación entre las expresiones peyorativas y el contexto

No todas las palabras que utilizamos como términos peyorativos lo son en cualquier contexto. Esto se debe, en parte, a que algunas de las palabras que consideramos peyorativas hacen referencia a personas, animales o cosas que, además de tener características negativas, también pueden tener alguna característica que, en cierto contexto, sea positiva.

Tomemos al burro, por ejemplo. Es un animal noble e inocente que hace lo que le dicta el que lo arrea. Esta característica por lo general la interpretamos como evidencia de una falta de inteligencia (no necesariamente justificada, por cierto). Es por esto que llamarle a alguien burro en un contexto relacionado con la inteligencia o el desempeño académico resulta evidentemente peyorativo.

Sin embargo, el burro también tiene otras características. Es también un animal muy fuerte y con una resistencia física envidiable. Como consecuencia, llamarle a alguien burro, o compararle con un burro luego de observar su capacidad para levantar y cargar peso, resulta un elogio.

Ejemplos

  • Contexto en el que “burro” resulta peyorativo: “Eres un burro por no saber las tablas de multiplicar”.
  • Contexto en el que “burro” resulta no peyorativo: “¿Cargaste todos los bultos de cemento al camión tú solo? ¡Eres todo un burro de carga!”
  • Contexto en el que “ave de rapiña” resulta peyorativo: “Te comiste todos los canapés que trajo el camarero. Pareces un ave de rapiña”.
  • Contexto en el que “ave de rapiña” resulta no peyorativo: “Eres toda un ave de rapiña en el campo de juego. No dejaste perder un solo rebote”.

La intención del lenguaje peyorativo

A pesar de poder parecer desagradable, la mayoría de nosotros utilizamos el lenguaje peyorativo de manera frecuente. Esto se debe a que el lenguaje peyorativo puede cumplir distintas funciones a nivel comunicativo. Algunos ejemplos de las razones por las que le damos usos al lenguaje peyorativo son:

Cuando se usa para herir y ofender

El peor uso que podemos darle al lenguaje peyorativo es cuando lo utilizamos con la única intención de herir a otra persona, a manera de insulto.

Bullying y el lenguaje peyorativo

Este es el uso típico que le damos al lenguaje peyorativo cuando estamos enfadados o alterados por alguna razón. Lo más común en estos casos es que utilicemos términos y epítetos que nada tienen que ver con la realidad, pero que sabemos que a la otra persona le harán daño. Un ejemplo común consiste en insultar a la madre de la otra persona sin siquiera conocerla.

Esto no quiere decir que debamos evitar a toda costa el uso de lenguaje peyorativo, ya que hay expresiones que, si bien pueden resultar hirientes para el otro, no dejan de ser verdad. Llamar “mentiroso” a alguien que miente frecuentemente, así lo hagamos con la única intención de herir u ofender al otro, sigue siendo preciso.

Cuando lo utilizamos como estrategia persuasiva

Otro de los usos más comunes que le damos al lenguaje peyorativo es cuando nos interesa generar un cierto rechazo en nuestro interlocutor hacia algo o alguien. Es decir, cuando hablamos mal de algo o de alguien con las demás personas.

Por lo general, además de buscar que los demás tomen una postura de rechazo contra algo o alguien, al mismo tiempo buscamos generar apoyo para nosotros. Así, el lenguaje peyorativo también puede servir como una estrategia para persuadir a los demás a que dejen de seguir a otros y a que comiencen a seguirnos a nosotros o a nuestra causa.

Esto es extremadamente común en el ámbito político, en el que la retórica muchas veces gira en torno a desprestigiar al oponente. Es decir, busca demostrarle al público que un adversario político es deficiente usando lenguaje peyorativo, en lugar de centrarse en mostrarle cómo otro candidato es mejor.

Cuando lo utilizamos como enseñanza

A pesar de ser una aplicación similar a la anterior, también podemos utilizar el lenguaje peyorativo como instrumento de enseñanza, en especial en lo que se refiere a valores éticos y morales. El comportamiento antiético o inmoral se suele describir mediante un lenguaje fuertemente peyorativo, con la única intención de dejar claro que es algo malo o negativo.

De hecho, por medio de la asociación, esos mismos comportamientos amorales y antiéticos terminan convirtiéndose en términos peyorativos en sí mismos.

El lenguaje peyorativo y las diferencias de género

Es común que el lenguaje peyorativo tenga un sentido o un significado más ofensivo cuando se utiliza en contra de las mujeres que cuando se hace con respecto a los hombres. De hecho, el uso de lenguaje peyorativo y degradante es una de las formas más comunes de violencia de género en contra de la mujer.

Ejemplos de diferencias de género en el lenguaje peyorativo

Algunos ejemplos típicos que ilustran esta idea son:

  • El uso de “perra” para referirse a una mujer es altamente ofensivo. Representa un ejemplo de un término claramente peyorativo bajo prácticamente cualquier contexto. En cambio, decirle “perro” a un hombre muchas veces tiene la connotación de un cumplido para elogiar alguna característica de su personalidad. Esto es especialmente cierto en sociedades machistas en las que la infidelidad del hombre es interpretada como un símbolo de poder, mientras que la infidelidad femenina es vista como una falta grave que merece ser castigada.
  • Otro ejemplo similar al anterior es el uso de las palabras “zorra” y “zorro”. Mientras que zorra se utiliza como insulto para una mujer infiel o que lleva una vida sexual abiertamente activa, zorro se utiliza comúnmente para describir a un hombre astuto y sagaz.
  • Finalmente, otro ejemplo típico es el uso de bruja y mago. Mago se utiliza con mucha frecuencia para elogiar alguna habilidad particularmente notoria en los hombres. Por ejemplo, “eres un mago con las cartas” o “pareces un mago programando aplicaciones” son ambas expresiones muy positivas. Por el contrario, el término bruja, que en el fondo no es más que la versión femenina del mago, se suele utilizar de manera despectiva para describir a una mujer que es fea, malvada o de alguna forma repulsiva, haciendo referencia a la imagen popular de las brujas en los cuentos de hadas y los dibujos animados.

El lenguaje peyorativo evoluciona con el tiempo

Lo que consideramos lenguaje peyorativo depende fuertemente de lo que consideramos bueno o malo y también depende en gran medida del contexto sociocultural. Como tanto lo primero como lo segundo cambia con el tiempo, es lógico que lo que consideramos peyorativo también lo haga.

Adicionalmente, el lenguaje en general evoluciona con el tiempo, dejando palabras en desuso y adoptando términos nuevos, algunas veces importados de otros idiomas. Estos términos, denominados extranjerismos (como lo múltiples anglicismos y galicismos que se utilizan en idiomas que no son inglés o el francés), muchas veces se utilizan de manera peyorativa.

Ejemplo de esto es el uso del término amateur, el cual es un anglicismo utilizado para referirse a alguien que se dedica a algún deporte, oficio u otra actividad pero no de manera profesional. En algunos casos, el término amateur se utiliza como término peyorativo para referirse a las personas torpes o poco habilidosas en algo.

Más ejemplos de palabras peyorativas

La siguiente es una selección breve de algunas palabras que comúnmente utilizamos de manera peyorativa y que rara vez dejan de serlo:

AnalfabetoDesagradableMantenido
AntipáticoDinosaurioMequetrefe
ApestosoFascistaMocoso
AprovechadoGilNazi
AtolondradoIdiotaPérfido
BorrachoIgnorantePervertido
BorregoIncapazRoñoso
BurdoIncompetenteSarnoso
CanallaIneptoServil
CansinoInsufribleTarugo
CínicoInútilTonto
CobardeLentoVago
CotorraMachistaVejestorio
ChiquitoMalvivienteVergonzoso
ChupamediasMamarrachoVividor

Referencias

De Conceptos. (s. f.). Concepto de peyorativo. DeConceptos.com. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/peyorativo

Diccionario Actual. (2015, 21 mayo). ¿Qué es peyorativo? Definición, concepto y significado. https://diccionarioactual.com/peyorativo/

Ejemplos. (2019, 20 diciembre). Palabras Peyorativas. https://www.ejemplos.co/100-ejemplos-de-palabras-peyorativas/

Navarro, J. (2016, abril). Peyorativo. Definición ABC. https://www.definicionabc.com/general/peyorativo.php

Pérez Porto, J., & Merino, M. (2009). Definición de peyorativo. Definición.de. https://definicion.de/peyorativo/

Real Academia Española. (2014). peyorativo, peyorativa. «Diccionario de la lengua española» – Edición del Tricentenario. https://dle.rae.es/peyorativo

Israel Parada (Licentiate,Professor ULA)
Israel Parada (Licentiate,Professor ULA)
(Licenciado en Química) - AUTOR. Profesor universitario de Química. Divulgador científico.

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