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De una manera muy genérica, las propiedades de la materia se pueden dividir en propiedades intensivas (o específicas) y propiedades extensivas (o generales), términos que fueron utilizados por primera vez en 1917 gracias a los trabajos del físico Richard Tolman.
Se podría decir que las propiedades intensivas de la materia son intrínsecas a una sustancia, es decir, forman parte de su naturaleza íntima y dependen de ella. También son propiedades cualitativas, es decir, no dependen de magnitudes, y cada sustancia tiene propiedades intensivas exclusivamente suyas, que pueden ser parecidas a las de otra sustancia, pero nunca exactamente iguales. Por eso, las propiedades intensivas sirven para diferenciar unas sustancias de otras.
Por su parte, las propiedades extensivas dependen no de la naturaleza de las sustancias, sino de los spectos cuantitativos de la muestra de esa sustancia que estemos estudiando o manejando.
Veamos algunos ejemplos que nos aclaren totalmente lo explicado:
Propiedades intensivas
Como se ha dicho, las propiedades intensivas no dependen de la cantidad de materia que está presente. Varían de unas sustancias a otras, y por eso sirven para diferenciar las diversas sustancias. Algunos ejemplos de propiedades intensivas son:
- Punto de ebullición, es decir, la temperatura a la que la sustancia pasa de estado líquido a gaseoso.
- Densidad.
- Estado de la materia en cuestión a temperatura ambiente (y a otras).
- Color.
- Punto de fusión.
- Olor.
- Temperatura.
- Índice de refracción.
- Brillo.
- Dureza.
- Ductilidad.
- Maleabilidad.
Estas propiedades pueden utilizarse para ayudar a identificar una muestra de una materia concreta, ya que se trata de características que no dependen de la cantidad de muestra, ni cambian en función de las condiciones.
Hay que tener en cuenta que las propiedades intensivas de una sustancia dependen de condiciones ambientales como la presión y la temperatura.
Propiedades extensivas
Las propiedades extensivas dependen de la cantidad de materia que está presente. Una propiedad se puede considerar extensiva cuando depende de la suma de varios subsistemas. En resumen, las propiedades extensivas no permiten identificar una sustancia ni diferenciarla de otra. Veamos algunos ejemplos de propiedades extensivas:
- Volumen.
- Masa.
- Tamaño.
- Peso.
- Longitud.
La relación entre dos propiedades extensivas puede ser una propiedad intensiva. Por ejemplo, la masa y el volumen son propiedades extensivas, pero su proporción, es decir, la densidad, es una propiedad intensiva de la materia.
Mientras que las propiedades extensivas son adecuadas para describir una muestra, no son útiles para identificar la materia de la que se trata, ya que podrían variar en función del tamaño o de las condiciones de la muestra.
Cómo saber si una propiedad es intensiva o extensiva
Una manera fácil de saber si una propiedad física es intensiva o extensiva es tomar dos muestras idénticas de una sustancia y ponerlas una junto a otra. Si hacer eso duplica el valor de propiedad (por ejemplo, el doble de la masa, el doble de tiempo), se trata de una propiedad extensiva. Si la propiedad no se ha modificado mediante la alteración del tamaño de la muestra, es una propiedad intensiva.
Referencias
- Cualquier libro de texto de Educación Secundaria o Bachillerato puede servir de referencia apra el contenido del artículo.
- https://www.todamateria.com/propiedades-intensivas-y-extensivas-de-la-materia/